dilluns, 11 d’abril del 2016

Nº 239. Nou diplur de cavitats de Saragossa

Cueva de la Sudor. Foto de http://lacabrademonte.blogspot.com.es/,
post del 23-03-2010. Foto: David

Tenim un altre nou treball d’Alberto Sendra, un amic i company d’activitats biospeleològiques, en què descriu una nova espècie d’insecte Diplura Campodeidae d’una cavitat de la província de Saragossa (Campodea (Dicampa) melici n. sp.). Aquesta zona de la Cordillera Ibèrica no destaca ni pel nombre de cavitats ni per les descobertes de fauna subterrània, però també és veritat que possiblement la recerca en aquesta zona, també hagi estat minsa al llarg dels anys. Això ens demostra, una vegada més, que en qualsevol cavitat podem trobar novetats en fauna. No podem menysprear mai la recerca!

El treball ha estat publicat a la prestigiosa revista Boletín de la Sociedad Entomológica Aragonesa (S.E.A.), nº 57 de finals de l’any 2015.

Aquest grup d’insectes és de difícil estudi. En primer lloc, és complicat caçar-los, ja que es desplacen a gran velocitat i a més, són molt fràgils. És habitual, si no es fa amb molta cura, que els llargs cercs de la part posterior es desprenguin de l’animal en el moment de la captura. Si els volem aspirar, quasi segur que es trencaran. El problema no és tant que es trenquin com que es perdin, cosa que impossibilita el seu estudi. El millor sistema de captura és amb un petit pinzell mullat.

Article editat a la revista Boletín de la Sociedad Entomológica Aragonesa: (no s’inclou la descripció de la nova espècie, només les notes de la introducció i s'insereix en la mateixa llengua en que es va editar).
Cueva de la Sudor. Foto de http://lacabrademonte.blogspot.com.es/,
post del 23-03-2010. Foto: David

Introducción


1. Precedentes

Gracias a iniciativas para la divulgación de la biodiversidad, como el popular portal de Internet www.biodiversidadvirtual. org, una web construida y mantenida por entusiastas amantes de la fotografía y la naturaleza, supimos por casualidad de la existencia de un frágil artrópodo (Fig. 1), un dipluro hexápodo que vive en las oscuras galerías de una conocida cavidad llamada “Cueva de La Sudor”. Meses después de este sorprendente hallazgo, nos acercamos a la mencionada cavidad que lo atesoraba y descubrimos que se trataba de una nueva especie para la ciencia. Grácil y esbelto, de algo más de dos centímetros de longitud, deambula, en apariencia errante a la vez que inquieto, por la mayor parte de la superficies húmedas de esta cavidad.


2. La Cueva de La Sudor

La Cueva de La Sudor, cuyo nombre nos habla de esa sensación calurosa que en ocasiones nos encontramos en estos ambientes oscuros y extraordinariamente húmedos, pero de temperaturas constantes, se ubica en la población de Morata de Jalón, en la comarca de Valdejalón de la provincia de Zaragoza en Aragón (España). Aunque de fácil acceso y situada a poco menos de dos km al este de la población, no es una cavidad cualquiera (Fig. 7). Es bien conocida en la zona y ha sido, durante muchos años, obligada visita de los grupos espeleológicos zaragozanos, como nos recuerda José Francisco Royo, presidente de la Federación Aragonesa de Espeleología: “su fácil acceso y recorrido nos ha servido para la iniciación a las distintas generaciones de espeleólogos, qu vivían una primera experiencia entre sus galerías, pasos estrechos y cortas verticales a lo largo de sus doscientos metros accesibles para el ser humano” (Fig. 2 y 3). A pesar de esta tradicional visita de iniciación y de la no menos numerosa de habitantes de la zona, la Cueva de La Sudor mantiene una rica población de murciélagos, que confiere a la cavidad una singular importancia biológica.


Topografía del Grupo Espeleológico Aragonés

En aras de conservar la singularidad biológica de la Cueva de La Sudor, el Gobierno de Aragón junto a la Federación Aragonesa de Espeleología, con la participación de un nutrido equipo (JMSS se halla entre sus integrantes), ha venido realizando un seguimiento de las colonias de quirópteros, reflejado en las memorias anuales. En ellas se menciona la presencia destacada de dos especies en la Cueva de La Sudor. De una parte, el murciélago ratonero gris (Myotis escalerai (Cabrera, 1904) que cría en esta misma cavidad, y de otra parte tres especies que utilizan este refugio a lo largo del año, el murciélago de herradura mediterráneo (Rhinolophus euryale Blasius, 1853) (Fig. 5), el murciélago grande de herradura (Rhinolophus ferrumequinum Schareber, 1774) y el murciélago ratonero grande (Myotis myotis Borkhausen, 1797) (Fig. 4).


3. Otras localizaciones

Tras este inesperado hallazgo, los autores ASM y DBB, nos pusimos en contacto con los espeleólogos aragoneses, que nos presentaron a la persona que mejor conocía este sorprendente hexápodo (JMSS) y que lo había observado ya en el 2009, no sólo en la Cueva de La Sudor sino en otras cavidades aragonesas. Es por ello que JMSS comparte con nosotros la autoría del artículo. Así JMSS colectó ejemplares de este hexápodo no solo en la Cueva de La Sudor sino que también lo hizo en otras tres cavidades aragonesas de la misma alineación de sierras calcáreas, a lo largo de la rama aragonesa de la Cordillera Ibérica (Fig. 7). Hacia el sureste de la Cueva de la Sudor lo halló en la Cueva Onsa, una pequeña localidad de la Sierra de Herrera de los Navarros, en Aguilón, Zaragoza. Siguiendo esta misma ruta hacia el sureste, lo colectó en la Cueva de los Huesos, una singular cavidad por su interés paleontológico, se halla enclavada en el Parque Cultural del Río Martín, en localidad turolense de Obón. Por último, lo encontró a más de 110 kilómetros de Morata del Jalón, en la Cueva Morena de Foz, Calanda (Teruel).

                               La nova espècie: Campodea (Dicampa) melici.  Foto: José Manuel Sánchez


 
4. Introducción a los campodeidos de vida subterránea en la Península Ibérica 

Esta nueva especie de artrópodo subterráneo se encuadra en el pequeño grupo del orden Diplura. Un orden eminentemente hipogeo, cuyas especies poseen un cuerpo alargado, despigmentado y sin rastro de aparato visual. El orden Diplura o dipluros, se extiende por los distintos horizontes del suelo ibérico, penetrando en los hábitats subterráneos, desde lo más superficiales hasta los más profundos, contando con más de 900 especies descritas en todo el mundo y organizadas en un total de 10 familias distintas; la mejor representada, tanto a nivel mundial como en la Península Ibérica es la familia Campodeidae o campodeidos con 68 de las 80 especies de dipluros ibéricos a las que habrá que sumar la actual nueva especie para la ciencia que en un siguiente apartado se describe.


Campodeidae es una familia de vasta distribución que ocupa los suelos de las regiones frías sin alcanzar el permafrost, y es abundante en los ecosistemas edáficos de todos los continentes, desde las regiones templadas a las tropicales. Es una familia de rasgos extraordinariamente uniformes y aunque poseen, algunas de sus especies, ligeras modificaciones de las piezas del labio, la taxonomía de esta familia se basa en nimios cambios en los patrones de distribución de las grandes sedas o macrosedas que tapizan su cuerpo y en la forma y morfología de las garras de las patas. La introducción de la secuenciación de marcadores moleculares, en la que se está trabajando, quizá pueda arrojar algo de luz a esta confusa y artificial taxonomía. Por otro lado, esta uniformidad morfológica contrasta con su plasticidad en tamaño y forma, abarcando dimensiones corporales que van desde apenas un milímetro hasta algo más de un centímetro.

Esta plasticidad guarda una estrecha correlación con las dimensiones de los espacios donde viven las distintas especies de la familia. Así, en los horizontes superiores del suelo donde los huecos por donde desplazarse son menores, los campodeidos son menores; pero al adentrarse en la regolita u horizonte inferior C no consolidado, formado por materiales rocosos producto de la erosión, los espacios son mayores y en consecuencia, los tamaños corporales son mayores. Incluso los campodeidos van más allá, penetrando por la red de fisuras y grietas, que son el comienzo de los hábitats subterráneos más profundos y que tienen su expresión más conocida en las grutas y cavernas visitables por el ser humano. Aquí los tamaños se tornan gigantes y los apéndices adquieren unas dimensiones sorprendentes, como sucede en la Cueva de La Sudor donde se halló esta nueva especie de dipluro campodeido de hábitat claramente subterráneo. Su tamaño roza el centímetro de longitud, al que añadiremos más de dos centímetros si incluimos sus antenas y cercos. Este incremento en el tamaño corporal y la elongación de los apéndices, se acompaña de un aumento en el número, dimensiones y complejidad de los órganos sensoriales antenales. Estos son rasgos atribuibles a una vida adaptada a los hábitats subterráneos, en todos los dipluros campodeidos, y los coloca junto a las llamadas forma troglobias, que son sencillamente los habitantes exclusivos de los ecosistemas subterráneos. Los datos más recientes elevan a más de 140 las especies de campodeidos troglobios (AS) de las que la Península Ibérica cuenta con la elevada cifra de 26 especies formalmente descritas hasta el momento. Esta cifra indica que es la región geográfica con mayor diversidad de estos hexápodos basales de vida subterránea en todo el mundo.


Las afinidades entre los caracteres morfológicos y las áreas de distribución de las distintas especies subterráneas, a la vez que troglobias, de campodeidos en la Península Ibérica, nos muestran cuatro grupos monofiléticos bien distintos (Fig. 8A-B). Hagamos una breve exposición de estos cuatro grupos, y para ello, comencemos por el que la literatura considera más primitivo, Tachycampoide con cinco representantes peninsulares (Fig. 8A) incluye, dos del género Paratachycampa, son conocidos en la pequeña región geoestructural costera delimitada entre las sierras Oropesa y Montsià, y otras tres especies de una estrecha franja de la Cornisa Cantábrica, pertenecen a Oncinocampa. Tachycampoide, a nivel mundial, comprende un total de 17 especies, todas descritas en hábitats subterráneos profundos y distribuidas a ambos lados del Atlántico, en la mesoamerica y en el euromediterráneo occidental, atribuyéndose a Tachycampoide un origen arcaico, posiblemente Mesozoico. Seguiremos con el grupo Podocampoide (Fig. 8A). Éste abarca dos géneros, Litocampa y Podocampa, con un número mayor de especies que el anterior grupo, y vive, no sólo en hábitats subterráneos profundos, sino también en los distintos horizontes del suelo, además de haber sido citado en hábitats subterráneos superficiales. Esta aparente mayor valencia ecológica ha permitido a Podocampoide, ampliar su área de distribución a lo largo del Mediterráneo occidental, así como en diversas regiones del continente americano. Si nos limitamos a las especies de hábitats subterráneos, Podocampoide queda reducida a media docena de especies en la Cordillera de los Apalaches, cordillera que recorre la costa oriental de América del Norte y a una veintena en la mitad occidental de la región euromediterránea. Esta distribución también nos habla de un origen remoto, en el que América del Norte estaba aún conectada con las microplacas europeas, quizá a comienzos de Cenozoico. En la Península Ibérica encontramos 11 especies de vida subterránea distribuidas en los macizos kársticos desde la orla lusitánica (Algarve), sierras portuguesas y extremeñas hasta alcanzar el Macizo Galaico; pero en especial a lo largo de numerosas cavidades de la Cornisa Cantábrica, Montes Vascos e incluso llegando a los Pirineos centrales. El tercer grupo a mencionar posee una características bien distintas, con un patrón de macrosedas supernumerario. Se trata del grupo taxonómico que ya Paclt (1957) consideró como una subfamilia independiente, los Plusiocampinae, y que contiene medio centenar de especie descritas. Es un grupo netamente euromediterráneo de vida subterránea, exceptuando media docena de especies que ocupan las capas superficiales del suelo (Condé. En la Península Ibérica, Plusiocampinae ocupa (Fig. 8A), en el noreste ibérico, tanto los Pirineos centrales y orientales como la Cordillera Costero Catalana, hasta los límites de la depresión del Ebro con dos especies que colonizan un buen número de cavidades. En el sur peninsular Plusiocampinae se muestra más diverso, con cinco especies extendidas en el medio subterráneo de dominio Bético. Pero aún nos queda por mencionar un Plusiocampinae ibérico, en esta ocasión del género Cestocampa que hace pocos años se ha descrito en una decena de cavidades a lo largo de la rama castellano-valenciana de la Cordillera Ibérica.


Para terminar, Campoide es el grupo más diverso y extendido de los arriba mencionados. Comprende la totalidad del género Campodea, con sus más de doscientas especies repartidas en casi cualquier suelo no helado de las regiones Neártica, Paleártica y Oriental, con algunas especies introducidas o, en algunos casos autóctonas, en otras regiones donde Campodea ha sido puntualmente mencionado. Es un género caracterizado por un patrón de distribución de macrosedas notales que va desde un máximo de 3+3 y 3+3 macrosedas mediales y laterales anteriores, y laterales posteriores en pronoto y mesonoto y 2+2 macrosedas mediales anteriores y laterales posteriores en metanoto en el subgénero Campodea s.str., hasta quedar reducido, en el caso del subgénero Paurocampa, a sólo las 3+3 macrosedas mediales y laterales anteriores y laterales posteriores en pronoto. A diferencia de los grupos arriba mencionados, Campoide apenas cuenta con elementos de vida subterránea, pero los tiene.
Cinco especies troglobias han sido descritas en la mitad oriental de la Península Ibérica y quedan aún tres por describir, incluyendo la dada a conocer en este artículo (Fig. 8B). Entre estas aparecen en numerosas cavidades de la Cordillera Costero Catalana, tres especies: Campodea egena, Campodea cossetana y Campodea maestrazgoensis, que comparten hábitat con otras formas de grupos anteriores. En el caso de C. maestrazgoensis se extiende más hacia el interior por los relieves carbonatados del Maestrazgo, en la Cordillera Ibérica. En las estribaciones meridionales de las sierras del Sistema Ibérico aparece Campodea grallesiensis, un microendemismo exclusivo del Macizo del Caroig. Un poco más al sur, en la sierras kársticas del extremo oriental donde el Sistema Ibérico se une a las Béticas aparece Campodea majorica valentina. En la mismas Béticas, en un enclave aislado, en Sierra María (Almería) encontramos otro Campodea troglobiomorfo, pendiente de describir. Y, por último, en otra región kárstica remota, el área kárstica Cerro de la Oliva (Madrid), en el Sistema Central, una forma inédita del subgénero Dicampa está también pendiente de ser descrita, pero a pesar de incluirse en el mismo subgénero no muestra afinidades con C. melici n. sp. En algunos enclaves subterráneos, en especial en sierras más interiores, los campoideos parecen ocupar en solitario el nicho ecológico que corresponde estos hexápodos, como así sucede con la especie que vamos a describir y que se localiza en los relieves kársticos de la rama aragonesa del Sistema Ibérico. Esta alta diversidad de campoideos subterráneos contrasta con las tan sólo cinco especies troglobiomorfas de este grupo señaladas por Baret, fuera del ámbito ibérico, de las que dos muestran una distribución de macrosedas notales de tipo Dicampa pero sin mostrar afinidades taxonómicas con C. melici, además de hallarse localizadas en cavidades en el extremo oriental europeo, al este de Rumanía y en la Península de Crimea.