L'Oleguer Escolà, m'havia parlat d'una anècdota de quan en Mariano de la Paz Graells, l'any 1925 havia visitat l'avenc de can Castellet de Dalt, a Sentmenat, Vallès Occidental. Ara he tingut la oportunitat de tenir unes fotocòpies de la explicació que dona el mateix Graells d'aquell fet en una copia mecanogràfica de l'escrit original en el treball que va publicar l'any 1987: Fauna mastodológica ibérica. Volum 17 de Memorias de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Editor Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid, 806 pp.
Topografia treta de Bibliooooooooo |
L'autor, Graells, és un dels grans personatges
científics espanyols. Un dels seus descobriments més coneguts és la troballa i
descripció de la papallona Saturniaia isabellae, que ell va descriure l'any 1849, i que posteriorment va ser canviada de gènere per Grote el
1896 qui la passa a nou gènere: Graellsia. L'any 1991, Nässig passa Graellsia a sinonímia i queda com
Actias isabellae, pel moment el seu nom científic, tot i que hi ha
especialistes que segueixen opinant que s'hauria de deixar con a l'anterior:
Graellsia isabellae. També s'ha canviat isabellae per isabelae. Veurem com acaba el tema...
Mariano de la Paz Graells |
S'inclou l'escrit en la seva versió original, de la
pàgina web Riojanos ilustres valvanera.com http://www.valvanera.com/rigraells1.htm
Mariano de la Paz Graells: Sabio botánico y eminente
médico riojano, nacido en Tricio, en 1808, y fallecido en Madrid, en 1898.
Estudió medicina y de ciencias naturales en la Universidad de Barcelona. Ocupó
allí la plaza de Auxiliar de Física y Química, pasando después a desempeñar el cargo
de profesor de la Real Academia Catalana. Ejerció durante algunos años la
medicina en Barcelona, fue médico de los Baños de Puda y tuvo una destacada
actuación durante la epidemia de cólera que invadió la ciudad en 1835. Al mismo
tiempo, se dedicó al estudio de las plantas en Cataluña, y confeccionó un
Calendario de Flora ó épocas de florescencia en algunas plantas bajo el clima
de Barcelona, y la zoología de la zona.
Ingresó en la real Academia de Ciencias de Madrid y, en 1837, fue nombrado catedrático de zoología en el Museo de Ciencias Naturales de la misma ciudad, así como director del Jardín Botánico. Más tarde pasó a ocupar la cátedra de anatomía y fisiología comparada en la Universidad Central.
Ingresó en la real Academia de Ciencias de Madrid y, en 1837, fue nombrado catedrático de zoología en el Museo de Ciencias Naturales de la misma ciudad, así como director del Jardín Botánico. Más tarde pasó a ocupar la cátedra de anatomía y fisiología comparada en la Universidad Central.
A partir de entonces, comenzó a recoger
material, sobre todo entomológico, para confeccionar una fauna española. Su
actuación al frente del Real Jardín Botánico en 1845 dio lugar a un período de
renacimiento, en el que se presta mayor atención a la investigación, se lleva a
cabo la Comisión Científica al Pacífico y se apoya la fundación de la Sociedad
Española de Historia Natural y fue muy positiva en cuanto a mejorar las
condiciones para la aclimatación de las plantas tropicales, se realizan
reformas importantes que aún perduran, como el invernadero que lleva su nombre
y la remodelación de la terraza superior. También en época de Graells se
instala un zoológico, que doce años más tarde, siendo ya director Miguel
Colmeiro, se traslada al Jardín del Buen Retiro. Como hombre de prestigio
perteneció al Consejo de Agricultura y fue comisionado para el estudio de la
filoxera, insecto hemíptero, procedente de la América septentrional, parecido
al pulgón, que ataca las cepas y que en poco tiempo, aniquiló nuestros viñedos.
En honor de Isabel II, dio el nombre de Saturnia Isabellae a una nueva especie de lepidópteros encontrada en el pinar de los Llanos, cerca de Peguerinos, en plena Sierra del Guadarrama. Fue un divulgador de la piscicultura en España. Entre sus numerosos trabajos, alcanzaron especial difusión su estudio sobre los cetáceos y las descripciones de nuevas especies de insectos.
Fue uno de los fundadores de la actual Academia de Ciencias Exactas, entre cuyos ilustres miembros figura, llegó a ostentar las condecoraciones de comendador de la Orden de Carlos III, de la portuguesa del Cristo y el título de Senador del Reino.
En honor de Isabel II, dio el nombre de Saturnia Isabellae a una nueva especie de lepidópteros encontrada en el pinar de los Llanos, cerca de Peguerinos, en plena Sierra del Guadarrama. Fue un divulgador de la piscicultura en España. Entre sus numerosos trabajos, alcanzaron especial difusión su estudio sobre los cetáceos y las descripciones de nuevas especies de insectos.
Fue uno de los fundadores de la actual Academia de Ciencias Exactas, entre cuyos ilustres miembros figura, llegó a ostentar las condecoraciones de comendador de la Orden de Carlos III, de la portuguesa del Cristo y el título de Senador del Reino.
Portada de la descripció de Saturnia isabellae |
Sobre i matasegells del bicentenari del neixement d'en Graells, en el que veiem la Graellsia |
Aquesta copia que he vist, no té cap referencia de qui la va fer, ni en quina data. Es tracta de tres fulls, 225 x 140 mm escrits a màquina per una sola cara. No he tingut oportunitat de veure l'escrit original, però tot i que hi ha algunes petites correccions posteriors, ho podem entendre com una transcripció literal. Això ha de servir per justificar l'ortografia d'aquells anys.
Els tres fulls mecanografiats |
Pàgina 1:
Noticioso que en vertiente occidental de la montaña del Farell, no lejos de una masía dicha Castellet de Dalt, existia un avenc ó sima profunda, de la qual se contaba en el país, entre mil consejas, que en el fondo habia abundantes huesos humanos, fui tambien a explorar tal sima en verano del año 1825, en union, como a los otros sitios citados, con los naturalistas Belard, Bremon y Galois, médicos militares franceses de la guarnición de Barcelona. Llegados al sitio mencionado vimos que, si bien era espaciosa la boca de la sima, su profundidad imponia; peró midiendo la longitud de las cuerdas gruesas que nos habían aconsejado lleváramos, al ver que alcanzaban al hondo, atando un cabo al tronco de un robusto árbol que estaba cerca del borde, com joven irreflexivo entonces, me escurrí hasta el suelo del pozo; y una vez allí me encontré con la boca de otro pozo bastante angosto y la entrada de una cueva, en la que habia racimos de murcielagos colgados de la bóveda y el suelo estaba húmedo y cubierto de culantrillo, doradillo, asplenios y otras criptogamas conjeneres propias de parecidos lugares. Removiendo con mi azadilla el terreno, no encontré nada que pudiera importarme; por lo que mis compañeros, después de enterados, me gritaron subiera, por creer perdido el tiempo que allí se empleara. Yo sin embargo, insistí en bajar al segurdo pozo, para lo cual pedí me hecharan otra cuerda, una estaca y un mazo para fijarla en el suelo. Todo bien dispuesto
Pàgina 2:
para el nuevo descenso, me escurrí segunda vez para el hondo, y allí me encontré con la boca de una galería que la cerraba una peña bastante grande, la cual, empujada con los pies, rodó hacia dentro, retumbando mucho rato, lo cual me anunciaba ser inclinada y muy extensa la caverna. La obscuridad de aquel recinto era completa, y me fue preciso, para penetrar en él, pedir que me hecharan una hacha de viento de las que ibamos previstos. Una vez encendida, y después de arrojar al interior del antro unas estopas ardiendo, para ver si no se apagaban y era respirable el aire, penetré en la gruta cuya entrada habia quedado franca y a lospocos pasos me hallé sorprendido al ver por el suelo cráneos y huesos humanos perfectamente conservados. Vuelto de mi asombro, salí presuroso, voceando a mis compañeros: "¡Esqueletos humanos enteros. Bajad pronto!"; lo cual hicieron; y una vez reunidos en la gruta, examinando cada uno lo que tenia en la mano, atónitos nos mirabamos, sin comprender el como de aquella catástrofe humana. Fosilizados, no estaban los huesos, pero las condiciones en que se encontraban nos explicaban que, por antigua que fuera su estancia en aquel sitio, tal transformación no era realizable. Nos retiramos, cada uno con los ejemplares que quiso llevarse y ya fuera de las profundidades entramos en la masada cercana, donde empezó nuestra conferencia paleontológica, sin poder vencer nuestra perplejidad, bien explicable.
El “pagés" de la masia, que atento nos escuchaba sin comprender
Pàgina 3:
lo que deciamos, pues conversábamos en francés,
me llamó aparte y me preguntó quienes eramos y de que
tratabamos que tanto nos entretenia y nos hacia
cabilar.
Yo, en breves
palabras, le dije que aquellos señores
eran unos naturalistas franceses muy sabios y
que buscaban restos fósiles de
animales antediluvianos, y …. "Prou noy - me dijo
interrumpiendome, - prou;
? y dius que
son tan sabis y no coneixen als seus paisans, que
nosaltres varem tirà
dins de l’avenc cuan els matabam al temps
de la guerra de l’Independencia!".
(NOTA: aquestes cinc línies anteriors s'han remarcat donada la seva importància)Al dar cuenta a mis amigos de la solución del enigma, se miraron pasmados, resolviendo llevarse a Francia aquellos restos de sus desgraciados paisanos, que, a la verdad, nada tenian de fósiles.
Fauna mastodológica Iberica. Mariano de la Paz Graells.
Pàgina nº 3 amb la part més interessant del relat |
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